martes, 8 de febrero de 2011

Columna 51: Día del Ejército



Ayacucho nos alerta desde entonces. Paso de vencedores selló entre las cumbres la buena costumbre de la libertad. Desde entonces, la patria es nuestra. Nos la maltratan a veces, pero allá en las cumbres aprendimos a defenderla y reconquistarla para siempre. Nos la miran a veces con ojos rencorosos, pero aquí estamos todos hechos una sola voluntad para el arrojo. Y después de Ayacucho, aprendimos a leer en la mirada de león de ese guerrero, sereno, valiente, prendido a su último cartucho, allá en la cumbre solitaria frente al mar. En él pensamos hoy, como también en quienes junto con él repitieron su ejemplo memorable, su consigna sigue siendo la nuestra y la de nuestros hijos. Su coraje de ayer es nuestro coraje de hoy. Su batalla, la nuestra. Queremos hoy mirarle largamente los ojos, para que pueda él leer en los nuestros la decisión y el empuje, la fe (sobre todo la fe) en que la patria es una hermosa tarea de todos los días y todas las sangres que nos convoca, amorosa, al trabajo y a la paz. Día del Ejército, hoy, es no solamente día de los que sirven o sirvieron en sus filas. Es además día de todos los que sirven en la marina y en la aviación. De todos los que sirven arando la tierra y amasando el pan. De todos los que piensan y sueñan entregar también, con el último cartucho, la vida y los sueños. Como él.

1 comentario:

  1. Esta columna se publicó el 9 de diciembre de 1976, recordando la Batalla de Ayacucho y el Día del Ejército peruano.

    ECH

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