jueves, 17 de febrero de 2011

Columna 88: Conversación en secreto


Dicen que el avión colombiano entabló contacto con los misteriosos tripulantes del OVNI, y lo cierto es que tanto unos como otros han resuelto guardar el secreto de la conversación. Que los terráqueos practiquen el secreto es cosa ya probada por la historia, pues miles de secretos se han ido a la tumba con los hombres. Pero el hecho puede servir asimismo para probar que los OVNIS son tripulados realmente por humanos, y por eso ellos pueden guardar también silencio. ¿O estamos ante una raza taciturna? ¿Practican el silencio, como los recoletos? ¿Desconocen palabras como algarabía y turbamulta? ¿Ignoran conceptos como conversación y caos, y apenas si suelen practicar estos viajes solitarios para ver solamente si la tierra es redonda (¿será redondo el concepto bajo el cual entienden y miran a la tierra?). Nada sabemos, porque los tripulantes de uno y otro objeto volador se han refugiado en el silencio. Pero la esperanza no deja de visitarnos. Esto comenzó hace ya muchos años: alguien denunció su existencia, hubo quienes afirmaron haber visto un aparato; no faltó quienes lo fotografiaron y hasta alguna revista arriesgó buenos dólares para adquirir la supuesta fotografía. Cuando Barnard asombró al mundo con sus trasplantes, ya los OVNIS tenían carta de naturaleza en los catálogos de frecuencia. Ahora nuevamente aparecen, en épocas de crisis, para tentar al hombre en su más peculiar aptitud para el asombro. Sólo que ahora ya creemos en ellos. Ahí están.

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