Columna 135: Los Reyes Rojos

Estos chicos de los Reyes Rojos se pasan, y por eso les escribo esta columna. Han publicado ahora su nuevo número de El Cabezón. Y verdad que es “mostro”, con su cabezota y sus ojitos que nos miran, como para invitarnos a visitar el nuevo local que se va a construir. Un local grandototote, mostrísimo, pajísimo, para que quepan todos los reyes rojos que pueden nacer. Pero lo mejor, lo mejorcito, es la propuesta que nos hacen para el futuro: Salvador quiere hacer una revista a nivel nacional, como cierto programa de tv. Y quieren que el memorable Cabezón tenga tres secciones: una que hacen los niños, otra que hacen los adultos para los niños, y otra seriota que hacen los adultos para adultos. Se pasan, se pasan, los cabezoncitos estos de Barranco. Y nos llenan de dibujos de calavera, y de cuentos de primer grado (que son de grado mayor); y de cuentos que mencionan los cuatro triángulos. Y al final nos regalan con la receta del aceite vegetal, que alimenta. Eso me gusta más, porque a mí me daban aceite de ricino, que tenía sabor a mala palabra. En adelante habrá que leer El Cabezón, porque es mejor.