No, no quiero hablar de Cristina Gálvez, ni de su modo de mirar franco y cordial, demoradamente inquisidor. Sé que el mejor modo de hablar de ella es recorrer sus dibujos y esculturas, buscar a tanto joven que ella ayudó a descubrirse a través del arte, realizar el cotidiano ejercicio de reconocer su presencia en las obras que de ella guardan algunos rincones de la ciudad. Y no me voy a quejar de la muerte de Cristina, pues ella atinó a esculpirla precisamente en una célebre escultura, que tal vez prefiguraba esta ausencia evidente de hoy. Lo único que vale la pena decir es que en la casa miraflorina no habrá aquel ir y venir constante de quienes buscaban y hallaban en la amistad de Cristina Gálvez el sosiego, el consejo, la secreta gana de vivir consigo mismo. Mujer extraordinaria en la vida, fue mucho más extraordinaria en la amistad, que cultivó con amorosa paciencia. Pero no quiero hablar de Cristina, he dicho, sino de su modo de mirar penetrante. Nos sigue mirando ahora.
Cristina Gálvez (Lima, 1916 - Lima, 1982) fue una artista peruana, considerada por varios críticos como una figura primordial dentro de la escultura moderna en el Perú.
ResponderEliminarFallece a causa de un ataque cardíaco en 1982.
Esta columna se escribió en su memoria.
ECH