domingo, 24 de abril de 2011

Columna 149: A Adolfo Winternitz


Adolfo Winternitz lleva su generosidad hasta a ser mi amigo. Profundo y alegre como es, reparte energías por el campus universitario y anima los grupos juveniles de artistas, y frecuenta el buen humor. Es, por todo ello, un hombre integral. Conversábamos el otro día, como siempre, sobre el destino de la Universidad y de nuestros estudiantes. Lo hago con frecuencia con él porque es un hombre que tolera y comprende, y sabe que hay que escrutar qué piensan los muchachos si es que realmente queremos conversar de lo porvenir. Sembradores podremos ser, tal vez. Pero nada más. Para ello solamente hace falta algo importante: conversar, dialogar, escuchar con honda paciencia. Y todo eso exige un corazón fresco y alerta. Claro que no todos entienden esta actitud, y muchos son los que nos dicen que los muchachos no suelen escuchar a la gente de edad. Y Winternetz los mira con ojo casi evangélico, como un viejo arcángel sabio en la puerta celestial: ¿quién piensa aquí en los años?, ¿qué nos importan a nosotros los años? De lo que se trata es de no ser adultos. ¡Se trata de tener joven el corazón! Los profesores no debemos especializarnos en ser adultos. Por algo lo dirá este integrador de las artes y de los hombres.

1 comentario:

  1. Adolfo Winternitz (* Viena, 1906 - † Lima, 17 de junio de 1993) fue un destacado pintor y vitralista austriaco radicado en Lima, Perú.

    Vinculado permanentemente a la docencia artística, fue el gestor de la Escuela de Artes Plásticas de la Pontificia Universidad Católica del Perú.

    Esta columna se publicó en 1982.

    ECH

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